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El esperadísimo cuarto trabajo de la banda es básicamente un canto al amor, sí parece ñoño y cursi, pero es así, empezando por el juego de palabras que da nombre al álbum, que viene a significar algo parecido a: “amor para toda la vida”, es una sucesión de letras románticas con sonido de sintetizadores retro al mejor estilo de los años ochenta, temas pegadizos con un alto riesgo de ser escuchado a piñón fijo el resto de semana… Avisados quedáis.
La retahíla de hits potenciales, al estilo del Ready For The Floor, que encontramos en este trabajo es realmente avasalladora empezando por el enérgico e infeccioso Thieves In The Night, genial comienzo del álbum y que se cuela en las dancefloors a ritmo de high energy y electro pop, moviéndose entre los sonidos de Erasure y Cerrone, dándonos un resultado esplendido y adictivo.
Y lo mismo cabría decir de su bizarro We Have Love, donde retoman ese aire a lo Erasure o a lo Yazoo, pero remozándolo de electrónica new ravera y un deje hedonista, como solo gente comparable a James Murphy y cia, saben hacerlo.
La furia del electro rock emanado de las huestes de Murphy y DFA sigue presente en el corte How Me Down Your Love, que se introduce en terrenos cercanos al funk clásico de la gente de la Motown, todo ello rodeado de una calidad y colorista atmósfera.
El synth pop sigue mostrándose en todo su esplendor en cortes, igualmente infecciosos que los anteriores, en temas como Take It In, que recuerda al sonido Roxy Music o al new wave piscodelico de Heaven 17; o en el más sosegado Keep Quiet, cuya escucha nos hace pensar en unos inspirados Depeche Mode.
No podemos olvidarnos de los afortunados en ser elegidos como primeros singles; en primer lugar el tema One Life Stand, que da título al álbum, y que parece tener querencia por el sonido Erasure, de nuevo, y acercándolo al electro pop más actual, deudor de sagas como !!! o los Simian Mobile Disco.
Y en segundo lugar, el tema I Feel Better, que se deslinda ligeramente del resto para atreverse con un ritmo cercano al house vocal, con tintes pop, al estilo Kylie Minogue o Cher, pero otorgándole un aire épico y puede que autocrítico.
Como decía al principio, el disco pincha en la parte más baladística, y es que parece que a estos locos de la música no parece gustarle abandonar el sentido festivo, y se les hace cuesta arriba el meterse en terrenos intimistas.
De esa parte, se podría salvar el downtempo de Alley Cats, que denota una enorme influencia de las enseñanzas del maestro Bowie, pero también guarda cierto parecido con la electrónica emotiva de gente como The Stranglers; sin embargo se hacen bastante prescindibles los dos restantes; por un lado el soso Brothers, autentico bajonazo a mitad de disco, y sobre todo el mediocre Slush que nos hace pensar en las más empalagosas baladas con las que nos suele obsequiar el no menos irritante Elton John.
Quitando esas excepciones, nos encontramos ante una gran obra, un disco realmente increíble y cuya escucha se muestra obligada de principio a fin. Ya podemos empezar a hablar de uno de los discos del año.
web del artista: http://hotchip.co.uk/
fuentes: http://www.mundomusica.es/2010/02/15/hot-chip-one-life-stand/ y http://lagrandezadelosvicios.blogspot.com/2010/01/mi-musica-hot-chip-one-life-stand.html
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